martes, 3 de agosto de 2010

Roma



Según los eruditos latinos Roma fue fundada en el año 753 A.C. por Rómulo descendiente de la dinastía troyana, que junto con su hermano gemelo Remo fueron abandonados en el río Tíber y cuidados por una loba, mientras Rómulo trazaba en el lugar en el que fue salvado donde serían emplazadas sus murallas.
En realidad esta es una leyenda más que un origen histórico comprobable, aunque si bien es cierto no se puede desmentir la existencia de Rómulo como personaje histórico, los orígenes de Roma se establecen por influencia de la civilización etrusca en las urbs, que bajo su tradición eran ciudades en la que se trazaban los emplazamientos en donde serían erigidas las murallas, como hizo Rómulo, mientras las excavaciones arqueológicas han revelado la presencia de restos de cabañas y de cerámica para el siglo VIII A.C. encontrando restos de un antiguo recinto y de un pueblo a mediados de este siglo.
Roma se formo en el siglo VII como resultado de la agrupación de aldeas diseminadas por la zona para el 753 A.C. época en que la sal, era considerada como el petróleo de la antigüedad, por lo que estos derrotaron a la vecina Veyes y se apoderaron de las desembocaduras salinas del Tíber, creando la vía salaria, el camino más antiguo de Roma. Durante esta época también se produjeron el drenado y la pavimentación del Foro, mientras se construía el Circus maximus, a la vez que otro pueblo de gran influencia, los etruscos se desarrollaban.
Después de Rómulo la dinastía fue romano-sabina, el sabino Numa Pompilio estableció los ritos religiosos de Roma, seguidamente Tulo Hostilo derroto a los Curiacos, constituyendo la victoria de Roma sobre la liga latina hacia el siglo IV A.C. y finalmente Anco Marcio expandiría el imperio en dirección a Ostia.
Los etruscos se ubicaban entre el Arno, el Tíber y el mar Tirreno, se dice que su procedencia es de origen oriental llegados desde el siglo VII A.C. y su desarrollo fue en Italia, en la antigua Etruria. La sociedad etrusca alcanzo un rápido desarrollo gracias a los excepcionales recursos naturales con los que contaba y al contacto con pueblos culturalmente avanzados como los fenicios, mientras artesanos griegos contribuían al desarrollo de la artesanía y especialmente al de la cerámica. Además de ello poseían un amplio desarrollo de la agricultura y la viticultura, a través del vino. Seguidamente perfeccionaron la agricultura, al aumentar la producción mediante el drenaje de suelos impermeables, acompañado con la construcción de canales, así como destaca el trabajo con diversos metales, tales como el zinc, el cobre y el plomo, constituyendo su principal riqueza en el hierro tanto para la fuerza militar como agrícola.
Entre el 615 y el 509 A.C. los etruscos tomarían el trono de Roma bajo una serie de tres reyes, llamados los Tarquinos, encontramos a Tarquino el Viejo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio. Estos etruscos transformaron las aldeas romanas en una ciudad, con su foro como centro político, religioso y comercial, protegido por murallas desde el siglo VI A.C. que fue embellecida y ampliada con templos etruscos. Estos reyes no solo eran representativos en Roma, sino en varias ciudades estado, expandiéndose hacia Campania y el valle del Po.

El poder etrusco se baso no en una unidad política, sino más bien religiosa, emprendiendo los primeros cultos al dios Júpiter, semejante al Zeus griego, así como de otros dioses, constituyendo el templo de Voltumna un centro religioso, además de celebraciones y juegos que permitieron la unidad etrusca.
Posteriormente con el desarrollo del comercio y la artesanía, aparecería una nueva clase oligárquica en Roma, que proclamaría la República, a fines del siglo VI A.C. mientras los Etruscos eran vencidos en las costas de Cumas y sus aliados cartaginenses en Himera, frente a los griegos de Siracusa, que asolaron al mismo territorio Etrurio, quedando algunas ciudades en la llanura del Po, que serían arrasadas por los galos, que serían capaces de humillar y llegar a la misma Roma.
En 390 A.C. una vez recuperada de la derrota, los romanos derrotarían a Etruria y ante una civilización dividida internamente, las legiones romanas pudieron derrotar a las ciudades estado y para el 265 A.C. los etruscos llegaron a su fin.
La caída de la realeza en Roma fue determinante para el declive del poder etrusco en Italia central. Tarquino el soberbio sucumbió por haber emprendido políticas que atacaban las estructuras de los grandes clanes aristocráticos y fueron sus hijos quienes expulsaron a los etruscos de Roma. Como consecuencia de ello se formaron los patricios que tendieron a consolidar una oligarquía hereditaria, reagrupada en el senado y enfrentada al resto del pueblo que tomo el nombre de plebe, estableciendo un nuevo sistema sin nombre conocido como la “cosa de todos”, es decir la república.
Posteriormente, Bruto, primo del antiguo rey tomaría el poder, pero tuvo que enfrentarse a un último conquistador etrusco llamado Porsena, quien conquisto Roma e instauro un sistema con representantes, conocidos como los primeros magistrados romanos. Al retirarse del poder Porsena había conseguido que su estructura permaneciera, dando origen a la primera República romana.
A raíz de esto las luchas entre los patricios y plebeyos continuarían, en donde los segundos, formarían una verdadera ciudad paralela a la de Roma, con sus magistrados, tribunos de plebe y su propia triada de dioses, diferentes a los del Capitolio romano, en la colina conocida como el Aventino.
Al estar Roma dividida en dos, la familia de los sabinos aprovecharía para tomar roma en el siglo V A.C., instalándose en ella por la fuerza e inclusive, para el 460 A.C. tendrían bajo algunos días al Capitolio bajo su dominio. En 451 A.C. magistrados y senadores de la plebe se eclipsarían ante una comisión de 10 sabios senadores, que redactarían un código de leyes romanas, grabado en doce tablas de bronce, que colocarían la legalidad de la república y por ende reducirían el monopolio dominante de los patricios de proclamar el derecho a sus anchas.
La ley de las doce tablas, permitiría en adelante, que en lugar pretores, gobernaran, los cónsules y los censores. A pesar de esto en un principio fueron todos miembros del patriciado, por lo que las luchas continuaron, hasta que en 367 A.C. las leyes inspiradas por los tribunos de la plebe Licinio y Sexto, permitiría una mayor libertad jurídica para todos los ciudadanos, hasta que hacia el año 300 A.C. el último foco de dominio del patriciado se derrumbara con la ley Ogulina, que permitió a la plebe acceder a los altos puestos religiosos, anteriormente reservados para los patricios, sin embargo, aunque la plebe hubiese conseguido una libertad equitativa, Roma continuo gobernada por una nobleza, con un patriciado cada vez más debilitado, que fue cediendo el paso a las grandes familias de la plebe y a nuevos hombres que encaminarían a Roma hacia su destino.
Hacia 330 A.C. después de las invasiones galas sufridas en Roma, esta tuvo que hacer frente a nuevos enfrentamientos con los celtas, pero se había hecho poderosa, logrando una paz de treinta años, por lo que por fin pudo poner como objetivo la conquista. Roma empezó por orientarse hacia el mar, formando una marina de guerra, pero por el momento los primeros enemigos estaban en Italia y tenía que empezar por vencer a los samnitas, feroces montañeses de los Apeninos.
La primera guerra samnita se resolvió tras breves hostilidades, pero para dominar a los Samnio, harían falta dos batallas y casi medio siglo desde el 327 A.C. hasta el 304 A.C. En 321 A.C. Roma sufrió una humillante derrota, en la que dos legiones romanas fueron acorraladas en un desfiladero y fueron víctimas de las lanzas enemigas. Para 310 A.C. los samnitas contaron con el apoyo de los galos, los etruscos y los umbros. Por su parte Roma recibió la ayuda de los latinos y los campanienses, hasta que para el 295 A.C. la humillación de la derrota fue vengada, con la victoria romana en Sentinum, una ciudad de Umbría.
Mientras tanto Etruria estaba en decadencia permitiendo fácilmente la victoria romana, que disponía su mira hacia la Magna Grecia. En ella se disputaba una lucha entre dos ciudades estado, la democrática Tarento y la aristocrática Thurium, que Roma aprovecho para aliarse con la segunda en el 282 A.C., por lo que Tarento pidió ayuda a Pirro, rey del Epiro.
Las victorias de Pirro lo llevaron pronto a las puertas de Capua, pero la guerra se prolongaría y en el 275 A.C. tras dos victorias romanas, Pirro se vería obligado a reembarcar, permitiéndole a los romanos tomar la ciudad en el 272 A.C. con el apoyo de la aristocracia de Tarento, por lo que los romanos ya eran dueños de la Magna Grecia.
Las ciudades griegas consideraron a los romanos como protectores, ante las incursiones de los montañeses, quienes respetaron la autonomía de las ciudades y a principios del siglo III A.C. realizaron una unidad política cuyos dominios abarcaban desde el río Rubicón al norte, hasta el estrecho de Messina al sur, esta zona se llamaría Italia, el nombre designado a la parte sur de la península.
La confluencia entre romanos y griegos, también trajo consecuencias culturales, en donde los primeros quedarían influenciados por la cultura griega, pasando de esculturas de terracotas a otras de bronces, en donde las obras de los grandes pensadores griegos serían traducidas al latín en esta gran confluencia cultural entre dos de las más grandes civilizaciones del mundo antiguo.
Durante los siguientes años Roma viviría un período de estabilidad política y social, con la que pudo enfrentar sus dificultades, mientras su vecina Cartago se convertía en una potencia comercial con la que estaba aliada, pero hacia el 283 A.C., los mamertinos, mercenarios de Campania, aliados de los romanos, tomaron por su cuenta Messina, en Sicilia y ante la amenaza de los cartaginenses, que se aliaron con Hierón II, rey de Siracusa pidieron ayuda a los romanos, que intervinieron en la situación, iniciándose la primera guerra púnica entre el 265 y el 241 A.C.
Ante la intervención de Roma, Hierón se echó atrás y pacto con esta, pero los romanos prosiguieron la ofensiva contra Cartago. Como estos no eran habilidosos en el mar, decidieron transformar la batalla en terrestre, mediante el abordaje de barcos, en donde Roma obtuvo la victoria en Milas para el 260 A.C. y a partir del 256 A.C. desembarco en la costa africana con 15.000 hombres comandados por Régulo, pero la expedición fracaso y fue aniquilada para el 255 A.C.
A pesar de la derrota, la guerra continúo en Sicilia. Los romanos no pudieron apoderarse de las plazas fuertes púnicas y fueron detenidos en el monte Érix, sufriendo una humillante derrota naval en Depranum para el 246 A.C., pero en el 241 A.C. Roma consiguió detener al general cartaginés Amílcar Barca en tierra y destruyo la flota púnica en las islas Égates, por lo que Cartago tuvo que pagar onerosos tributos, mientras Sicilia, exceptuando a Siracusa, paso a ser la primera provincia romana.
El sufrimiento y el rencor producto de la guerra, convirtieron a Roma y a Cartago en enemigos y Amílcar le exigió a su hijo Aníbal la promesa de vengar la derrota púnica. Los tributos de guerra hicieron que la economía de Cartago mermara, además de las revueltas formadas por los mercenarios del ejército por la falta de pago, que terminaron con su exterminio, al ser aplastados por una carga de elefantes.
Cuando la economía se Cartago se estabilizo, los romanos se apoderaron de Cerdeña, y estos se vieron obligados a aceptar la jugada romana. A pesar de ello, los cartaginenses dirigidos por Amílcar Barca y después por su hijo Aníbal, emprendieron la conquista de España hacia el 237 A.C., en la cual Amílcar logro dominar la mitad sur de la península Ibérica. Los romanos vieron esta expansión como una amenaza y tras el ataque de Aníbal a Sagunto, aliada de Roma se dio inicio para el 219 A.C. a la segunda guerra púnica que duraría entre el 218 y el 201 A.C.
Después de la toma de Sagunto, Aníbal avanzaría con 80.000 hombres, atravesando los Alpes y enfrentándose a los romanos. Se libraron varias batallas, las de Tesino y Trebia en 218 A.C. la del lago Trasimeno en 217 A.C. y la de Cannas, en Apulia en 216 A.C. en donde los romanos se quedaron prácticamente sin ejército al ser aplastados los 240.000 hombres de sus filas de batalla, mientras los antiguos aliados romanos se unían a Aníbal.
Roma se negó a darse por vencida, por lo que Fabio Cuntator, reunió lo que quedaba del ejército y con los últimos aliados y esclavos voluntarios, acoso entre el 216 y el 212 A.C. a los cartaginenses, que esperaron en vano a los refuerzos de Filipo V, rey de macedonia, ante el control ejercido por Roma en el mar, acompañado con la acción de los Escipiones en España, impidieron que Cartago enviara ayuda a Aníbal.
En el 211 A.C., Asdrúbal Barca derroto a los Escipiones y fue en ayuda de su hermano Aníbal, pero su ejército caería derrotado para el 207 A.C. en el Mentauro y al año siguiente un general de 19 años, llamado Escipión, consiguió expulsar a los cartaginenses de España y atrajo a la causa romana s los jefes indígenas de España y a los de África. En el 202 A.C. se enfrentaron los ejércitos de Aníbal y Escipión, y con la derrota del cartaginés, finalizaría la segunda guerra púnica, quien murió exiliado de su patria. Cartago fue obligada a entregar sus elefantes, su flota y a pagar tributos a Roma, que había ganado una nueva provincia, la de Hispania, pero para el 149 A.C. Cartago volvería a levantarse en la tercera guerra púnica, que culminaría con la destrucción definitiva de la ciudad y del último emplazamiento fenicio en el mediterráneo, pasando a ser Roma el nuevo amo de este mar.
La verdadera expansión romana se dio cuando esta puso sus ojos en el Mediterráneo Oriental, de resto, sus luchas y territorios conquistados fueron ante el mero miedo de la derrota ante sus rivales. Entre 217 y 205 A.C. se libro la primera guerra contra Macedonia, ante la posible ayuda a Aníbal y entre 200 y 196 A.C. estallo una segunda guerra contra Filipo V, rey de Macedonia, y de quien se decía tenía las mismas intenciones de Alejandro, por lo que nuevamente ante el miedo de la conquista los romanos obtuvieron la victoria de Cinoscéfalos, en Tesalia para el año 197 A.C. en la que Roma proclamo la libertad de los griegos que estaban bajo el dominio macedonio, lo cual fue cuestionado por si se tratase de una verdadera libertad, o por si al contrario, era un nuevo intento de dominación.
Esta situación obligo a Roma a intervenir en la región, derrotando al tirano Nabis de Esparta y después a Antíoco II de Siria entre el 192 y el 188 A.C. La tercera guerra de Macedonia se daría entre el 171 y el 168 A.C. esta vez contra Perseo, hijo de Filipo V, en donde estos terminaron vencidos por los romanos en el 168 A.C. en Pidnia por las legiones al mando de Paulo Emilio.
Macedonia quedo desmembrada en Repúblicas separadas, situación que aprovecho Roma para imponer su política en la región, por lo que Macedonia se convirtió en provincia romana para el 148 A.C., creando una red de reinos clientes que llegaban hasta Asia Menor, mientras Grecia también caía en manos de los romanos, al convertirse en la provincia de Acaya, y dentro de este contexto Cartago era destruida y a partir de entonces no había potencia que resistiera el avance imperial de Roma.
En Hispania estallaría una revuelta para el 154 A.C. dirigida por Viriato entre el 147 y el 139 A.C. por parte de los celtíberos y los lusitanos, que fue aplastada por Escipión Emiliano con el sitio a la ciudad celtíbera de Numancia para el 133 A.C., por lo que Hispania, ya humillada, capituló. En 176 A.C. la Galia Cisalpina quedaría reducida a provincia, mientras los célticos de la Galia meridional presionaban sobre la ciudad griega de Marsella, situación que fue apagada por los romanos tras dos campañas, una en 125 A.C. y otra entre 122 y 121 A.C. que les permitió apoderarse de la región.
Posteriormente en 118 A.C. la Galia Transalpina se convertiría en provincia romana, atravesada por la vía Domiciana, que unía a la península Ibérica con Italia, mientras en 126 A.C. se creaba la rica provincia de Asia, convirtiendo al Mediterráneo en un lago romano, que les proporciono grandes botines, riquezas y onerosos tributos impuestos a los vencidos.
Roma a partir de este momento, quedaría, aún más marcada con la influencia cultural griega, cuyos dioses se asimilaron a los romanos, mientras estos hablaban griego, se vestían como griegos y se alimentaban a la griega, la Roma sería helenizada, pasando a ser de una ciudad campesina a otra capitalista, en donde los senados amasaron grandes fortunas y los ricos se hacían más ricos producto de las riquezas que entraban tras las conquistas.
Esta situación genero dos grupos dominantes, los caballeros, hijo de lo senadores, que a diferencia de estos, no estaban sujetos a ninguna ley que les prohibiera realizar actividades comerciales, además de poseer el dominio del aparato judicial y por otro lado los libertos, que actuaban financieramente como hombres de paja y políticamente como apoyo electoral, beneficiando a sus patronos en el dominio del poder, mientras que el pequeño y medio campesinado y los artesanos se arruinaban tras las guerras, las grandes fincas entraron en rivalidades, quedando sujetos a subsidios, mientras los esclavos eran peor tratados, creando una situación peligrosa para Roma que termino en revuelta.
A consecuencia de esto en Sicilia para el año 135 A.C. estallarían las guerras serviles, que predicaba la igualdad de los esclavos, pero con un doble carácter la libertad y la lucha de clases. Estas guerras prosiguieron en Asia y en las minas de Laurion, en Ática, en donde muchas veces los pobres se sumaban a los ejércitos de los rebeldes, pero entre ellas la más feroz de todas las guerras fue impulsada por Espartaco en el 72 A.C. y duraría dos años.
Espartaco era un gladiador que se sublevo en las fincas agrícolas de Campania, impulsando a los esclavos a organizarse militarmente, reuniendo a 7.000 hombres, destruyo al ejército romano de Lentulo y saquearon el sur de Italia, pero sus soldados no pudieron resistir la tentación de saquear de nuevo Italia y ante las advertencias de Espartaco se marcharon, mientras eran acorralados y masacrados por M.Licino y Craso Dives, Espartaco y el resto de sus hombres decidieron huir por mar, pero fueron traicionados por los piratas que los llevarían a Sicilia, mientras Craso pudo derrotar a los ejércitos, quedando Espartaco herido en un muslo, mientras luchaba de rodillas hasta morir.
Pero la situación de las guerras serviles no fue solo bélica, sino también política. Los hermanos Gracos proponían una serie de reformas agrarias para distribuir las tierras entre los campesinos, por lo que Tribuno Graco propuso votar por la reforma para el 133 A.C., pero como chocaba a los intereses de los tribunos conservadores, el sumo pontífice provoco un motín y Tiberio Graco fue asesinado.
Diez años más tarde su hermano Cayo Graco recuperó el proyecto y propuso además un reparto del trigo a los campesinos y beneficios a los caballeros, ante lo cual los conservadores desistieron de su reelección como tribuno de la plebe, por lo que Cayo amenazo con usar la fuerza, situación que fue aprovechada por los conservadores al usar una ley conocida como el senadoconsulto, que les permitía proteger a la República y desencadenaron una “carnicería legal” en la que Cayo y sus 3.000 partidarios fueron asesinados, mientras la cuestión agraria continuaría envenenando la política de Roma, encaminando hacia el fin de la República.
La cuestión agraria, traería como consecuencia el enfrentamiento entre dos hombres Mario y Sila, que provocó la primera guerra civil entre dos facciones, los optimates representados por Sila que afirmaban ser los mejores y se agrupaban en torno a los conservadores y los populares dirigidos por Mario, formados por aristócratas que defendían los intereses de la plebe.
Mario se impuso por el partido popular en el consulado para el 107 A.C. y logro vencer a las hordas germanas que amenazaban al imperio, pero este soldado no era tan buen político y les permitió a sus amigos Saturnino y Glaucia imponerse en el partido popular para el tribuno, abandonándolos a su suerte y permitiendo su ejecución.
En este contexto, el tribuno de la plebe Livio Druso, propuso en 91 A.C. la ciudadanía romana para los aliados itálicos, situación que acarreo su asesinato y la sublevación de Italia, que entro en una guerra con Roma, conocida como la guerra social, a pesar de que esta propuso entregar la ciudadanía a los que se rindieran para el 90 A.C., conflicto que terminaría en el 89 A.C. después de tres años de rebelión que consiguieron reprimir Mario y Sila.
Al terminar la guerra social, en el otro extremo del Mediterráneo, el rey del Ponto, Mitrídates se lanzo a la conquista de Roma, invadió Asia Menor, se alío con los Partos y puso a Grecia en pie de guerra. Sila consiguió exiliar a Mario y para el 87 A.C. se dispuso a enfrentarse a Mitrídates, a quien le impuso una paz vergonzosa. Apenas Sila había salido de la ciudad cuando Mario entro con un ejército y se apodero de esta, pero murió en un séptimo consulado y para el 82 A.C. después de varios combates Sila toma la ciudad por la fuerza.
Sila gobernaría como dictador entre el 82 y el 79 A.C., mientras un agitador llamado Lepido intentaría dar un golpe de estado, aplacado por un nuevo hombre fuerte, Pompeyo, mientras antes de morir Sila abdico para el 78 A.C. Pompeyo había sido esencial en la victoria de Sila, lo que le dio el apodo de Magnus, el Grande, derrotaría al último partidario de Mario en Hispania y regresaría a tiempo para ayudar a Craso a detener a Espartaco en el 70 A.C.
En 67 A.C. a Pompeyo se le encargo la doble misión de acabar con los piratas del Mediterráneo y con Mitrídates, que estaba nuevamente en guerra con Roma, situación que logra mientras recibe el apoyo de un brillante abogado, Cicerón y de un joven senador César, recibiendo el mando de una poderosa flota y la posibilidad de organizar las provincias de oriente. Pompeyo regresaría a Roma para el 61 A.C. siendo criticado fuertemente por el senado, a lo que pacto en secreto con Craso y César, el reparto del estado para el 60 A.C., convirtiéndose en el primer triunvirato de Roma.
El pacto con Pompeyo y Craso le permitiría a César ser el tercer hombre en asumir el control del estado, el matrimonio con la hija de Pompeyo estableció vínculos con este, ante el aumento de su ambición y en 59 A.C. César fue elegido cónsul, consiguiendo que se aprobasen una serie de leyes agrarias. Al expiar su consulado, César obtuvo en el 58 A.C. el proconsulado de las Galias Cisalpina y Transalpina y de Iliria. En este mismo año los helvecios habían sido expulsados de sus tierras por los germanos y penetraron en la Galia, situación que uso César para expulsarlos, en conjunto con los germanos.
César no se limita a la protección de las fronteras y prepara a su ejército para la invasión de la Galia, instalándose en Jura entre el 58 y el 57 A.C. Ante la amenaza para las tribus galas, los belgas se coaligaron con los nervios, los suessiones y los belovacos, pero César uso hábilmente las disputas entre las tribus y el poder de su ejército para derrotar a los belgas en el 57 A.C. y creyendo que había pacificado por fin la Galia, en Bretaña fueron hecho prisioneros algunos de sus hombres y tras una difícil batalla naval hacia el 56 A.C. Cesar consiguió derrotar a los vénetos y sus naves acorazadas, cortando los aparejos de las naves enemigas provistas de hoces.
Para el 53 A.C. la debilidad de los galos se encontraba en la división de sus ciudades, situación que cambia Vercingetórix, un joven príncipe llamado como jefe de los guerreros, empleando una táctica conocida como la tierra quemada, que impedía a los romanos apropiarse de los víveres galos en sus conquistas y tras salir victorioso en la defensa de la capital Gergovia ante el asedio romano fue nombrado comandante en jefe de los ejércitos por parte de los galos.
César enroló a jinetes germanos en su ejército y se enfrento a la poderosa caballería de Vercingetórix, al que derrota para el 52 A.C. y este al no poder destruir las formidables fortificaciones construidas rápidamente por las legiones romanas, se rinde ante César, culminando la guerra de las Galias para el 51 A.C.
Mientras César luchaba en la Galia, había perdido su credibilidad en Roma. Por el contrario Pompeyo aumento la suya y en 52 A.C. fue nombrado cónsul único. Julia y Craso ya habían muerto, por lo que César no tenía ya ningún vinculo con Pompeyo y al pacificar la Galia, intento recuperar el terreno perdido en Roma, pero Pompeyo aliado con el senado, le ordenaron a César que debía regresar como un civil y entregar su ejército, pero César hacia el 49 A.C. cruzo el Rubicón y se dispuso no a entregarse sino a tomar Roma.
Pompeyo abandona Roma y César toma la ciudad sin luchar, se proclama dictador y en dos años derrota a los pompeyanos en Hispania. Pompeyo muere asesinado en Egipto por los esbirros de Tolomeo XIII que estaba en lucha con su hermana Cleopatra por el poder, situación que aprovecha César para dominar Egipto, pero Cleopatra se vuelve su amante y lo convence para que le devuelva su trono, a lo que César accede, asegurándose el control de Egipto.
En 46 A.C. derrota a Farnaces II, hijo de Mitrídates, en Tapso, en África, derrota a los últimos partidarios de Pompeyo y en Hispania a sus hijos, aclamando en Roma su famosa frase de “Vine, Vi y Vencí” celebrando sus victorias durante dos meses. En 45 A.C. es proclamado dictador por 10 años y en 44 A.C. como perpetuo, es decir de tiempo ilimitado, amordazo y aumento el senado a 900 miembros con muchos de sus partidarios, estableció una monarquía de facto con incautación del tesoro en caso de necesidad, moneda con su efigie, mando sobre los ejércitos, derecho de paz y de guerra, reforma del calendario y designación de los senadores.
A estos poderes se le sumaron honores que lo convertían en un dios viviente, un rey sin el título de rey, toga púrpura, corona de laureles, trono de oro, juramento de fidelidad en su nombre, los nombres de Padre de la Patria, Nuevo Rómulo y emperador. Esta situación las tensiones entre los pompeyanos rencorosos y los cesarianos decepcionados aumentaban, mientras su lugarteniente Marco Antonio le ofrecía la diadema real en las Lupercales, que según un oráculo se necesitaba a un rey para vencer a los partos, y mientras César se dirigía al senado para proclamarse rey, fue el colmo de la paciencia y los senadores dirigidos por Bruto, asesinaron a César el 15 de marzo de 44 A.C. que cayo muerto bajo la estatua de Pompeyo al recibir 23 puñaladas, cuya muerte provocaría una nueva guerra civil y la llegada de una nueva monarquía, el imperio.
Ante la hostilidad de la plebe urbana, que adoraba a César, Marco Antonio pide que se le entregue el testamento del dictador y se nombra como su heredero político, mientras Octavio, adoptado por el dictador también se proclama como su sucesor, mientras recibe el apoyo de Cicerón ante el “nuevo tirano” Marco Antonio. Después de la guerra de Módena en la que Octavio derrota a Marco Antonio, quien se ve obligado a retirarse a la Galia Transalpina, Octavio se nombra a si mismo como César Octaviano y se hizo erigir cónsul por la fuerza en el 43 A.C.
Posteriormente Octavio negocio con Marco Antonio y Lépido, para que se les atribuyese el título de “triunviros encargados de reformar el estado” y a continuación se enfrentaron al ejército republicano dirigido por Bruto y Casio, derrotado para el 42 A.C. en Filipos, en Macedonia. Gracias a la victoria los triunviros se repartieron el imperio, Lépido recibió el gobierno de África, Octavio el de occidente y Marco Antonio el de Oriente.
En 36 A.C. Octavio obtenía importantes victorias militares y apartaba a Lépido del poder, mientras Marco Antonio era vencido por los partos. Ante la derrota decide reorganizarse en Oriente, en el Egipto de Cleopatra y a partir de 35 A.C. se vuelve su amante, por lo que en 33 A.C. Octavio proclama la ruptura de los triunviros y en 32 A.C. declara la guerra contra Cleopatra y Marco Antonio, mientras este reunía unas fuerzas considerables en Oriente, Octavio formaba su ejército en Occidente y tras la batalla de Actium en el 31 A.C. comandada por un fiel Agripa, Egipto sería vencida y en 27 A.C Octavio se proclamaría como Augusto, momento en el que acababa de morir la República y de nacer el Imperio.
Durante el reinado de Augusto las interminables guerras civiles, terminaron y el Imperio romano viviría uno de sus períodos de mayor prosperidad. Augusto se gano la confianza de sus conciudadanos y la aprobación del senado, poseía los títulos de princeps, el primero entre todos, imperator, es decir, general victorioso, y pontifex maximus, que le aseguraba el dominio sobre todas las funciones, el mismo era considerado el mortal más cercano a los dioses y disponía del poder tribunicio que le otorgaba el derecho de veto sobre las decisiones de los magistrados.
Augusto disminuyo los poderes senatoriales, los magistrados seguían siendo elegidos por la asamblea popular, pero él designaba a los candidatos. El ejército siguió siendo profesional y 4.500 hombres velaban por la seguridad del emperador. Su política se extendía no solo en Roma, sino en todas las provincias, ya que era él, quien la ejercía, ayudado por un grupo de consejeros. Para su momento la población en Roma alcanzaba entre los 5 a 8 millones de habitantes y en la provincias entre 60 y 70 millones, en su mandato se dio el florecimiento de los temas culturales y del talento de muchos romanos, la ciudad se transformo en la más bella del mundo, reconstruida por Augusto, a la que anexo un foro y un templo dedicado a Marte, bajo sus palabras convirtió a una ciudad de ladrillo en una ciudad de mármol.
La política exterior de Augusto cosecho algunos éxitos como la rendición de las tribus alpinas para el año 6, pero también fracasos como la destrucción de tres legiones por los germanos en el año 9 que elimino las pretensiones de expandir el imperio más allá del Rin. Otra las dificultades del reinado de Augusto fue su sucesión, a pesar de que la monarquía no era hereditaria, busco en el seno de su familia al heredero, eligiendo al hijo del primer matrimonio de su segunda esposa, a quien adopta, llamado Tiberio Claudio y a la muerte de Augusto en el año 14 Tiberio a los 55 años accede al trono.
Los sucesores de Augusto no supieron controlar el poder ilimitado, que este les había heredado, durante el reinado de Tiberio se le reconocen cualidades militares y un pertinente sentido de la organización, pero tenía muchos defectos como la avaricia, la depravación sexual y una gran crueldad, e inclusive durante su reinado se crucifico a Cristo y a su muerte en 37, el senado, el pueblo y el ejército eligieron como príncipe al bisnieto de Augusto, Calígula.
Durante su reinado pretendió hacerse adorar como al dios sol y dio riendas sueltas a sus inclinaciones sanguinarias, que lo alejo del pueblo y del senado, por lo que fue asesinado en el 41. Ante tal situación la guardia personal del emperador, elegiría al tío de Calígula, Claudio como emperador, pero sus obras como la creación de una administración para los libertos y construcción, fueron oscurecidas por el libertinaje de su esposa Mesalina y las conspiraciones de su segunda esposa Agripina.
A su muerte en 54, Claudio dejo un hijo, Británico, pero Agripina conspiro para que el hijo que había tenido en otro matrimonio tomara por el poder y aprobado por los guardias imperiales, conocidos como cohortes pretorianas y por el senado, Nerón accedería al poder para este mismo año, convirtiéndose en el quinto emperador de Roma.
Durante su mandato se vio influenciado por el filósofo Séneca, quien le inculco la enseñanza de que un buen príncipe tenía que ser clemente, por inclinación natural y por política y si reinaba bajo esta virtud los ciudadanos serían progresivamente mejores.
En los primeros años de su mandato, Nerón llevo a cabo una política de entendimiento con el senado y tras asesinar a su madre en el 59, estaba libre de la tutela materna en su mandato. Al principio Roma entro en una edad de oro para la poesía, en la que el emperador también participaba. En el 59 también dios unas fiestas a las que llamo juegos de la juventud en la canto sus obras. Al año siguiente instauro los juegos neronianos, que aliaban música y ejercicios gimnásticos e hípicos. Para revivir los trágicos momentos de su vida, hizo representar obras como los de Orestes o Edipo.
En su reinado, se vivió una autentica revolución cultural y en el arte, pero a partir de 61 se empezó a rechazar su política y endureció su postura. En 64 ante la incomprensión de los romanos se marcho a Nápoles y ese mismo año, realizo un espectáculo, el incendio de Roma y como el pueblo exigía culpables, sin saber que era Nerón, este se los dios, mandando a sacrificar a los cristianos para satisfacer al pueblo, acción que le dio el apodo de anticristo.
Regresa a Roma y manda a construirse una casa pintada de oro, llamada Domus, en la que vivió con gran lujo. En 65 se produjo una conspiración en su contra, dirigida por Calpurnio Pisón, pero ante el miedo Nerón hizo que se suicidasen varios de los implicados. Un año después el ejército se encontraba en guerra con los espartos y el rey de armenia eligió como sucesor a su hermano Tirídates, quien fue derrocado por órdenes de Nerón, proponiéndole un trato para devolverle su trono, si accedía a ir a Roma y reconocerlo a él como su rey y su dios, a lo que él rey parto accede.
A fines del 66 Nerón partió a Grecia para participar en unos concursos musicales y presentarse como actor y auriga de los juegos, y mientras disfrutaba de los premios y se embriagaba, los judíos se sublevaron y en Roma el descontento era general, ante la sublevación de la Galia Lugdunense al mando de Cayo Julio Víndex. Posteriormente Víndex, quien había establecidos contacto con Galba, gobernador del norte de Hispania, fue vencido por las tropas germanas, mientras Galba se unía con Otón, gobernador de Lusitana y con los germanos en contra del emperador y ante la impotencia de la situación para Nerón, al regresar de Roma y al ser abandonado por todos se suicida el 9 de junio de 69, constituyendo el fin de la dinastía de los Julio-Claudios.
La sublevación de los judíos sería controlada por el general romano, Vespasiano, quedando un último foco de insurrección en Jerusalén. En 69 sería elegido por las legiones como emperador, quien reorganizaría el imperio y nombraría a sus hijos como herederos del trono, entre ellos Tito fue designado para apoderarse de la ciudad de Jerusalén y en 70 comenzó el asedio de la ciudad, cargado de atrocidades y al entrar Tito en ella mando a incendiar el Templo, cuyos objetos sagrados fueron exhibidos en señal de su triunfo y decenas de miles de judíos fueron vendidos como esclavos, mientras los que quedaban se reunían para mantener viva a través de un canon las enseñanzas de su religión.
Vespasiano reinaría entre el 69 y el 79 y su hijo Tito accedería al trono, pero murió tras dos años de reinado y su hermano menor Domiciano tomo el imperio para el 81, extendió el imperio hasta Bretaña y los Campos Decumanos entre el Rin y el Danubio, iniciando una persecución en contra de los cristianos e intelectuales, que le valieron el apodo de Nerón calvo, y durante su reinado en el 82 se terminaría la famosa construcción iniciada por Vespasiano, el Coliseo.
Domiciano moriría asesinado en el 96, por una conjura. Tras su muerte los senadores dejan el poder en manos de uno de lo suyos, Nerva, de 70 años, y al no tener descendencia, adopta el principio de la adopción, en la que acoge como hijo a un general romano, famoso por sus virtudes, llamado Trajano.
Este emperador reinaría para el año 98, mando a construir varios monumentos, como arcos que conmemoraban su victorias militares, mejoro las condiciones de vida de los propietarios rurales y los animo a tener hijos, fortaleció el ejercito preparando nuevas generaciones de soldados y se hizo divinizar, recibiendo el título de Optimus, es decir, el mejor.
Durante su reinado, el imperio estaba amenazado por un pueblo indoeuropeo conocido como los dacios, a quienes Trajano sometió tras dos difíciles campañas entre 101 y 106, en donde el botín de la victoria se destino para la construcción de un nuevo foro y de la columna Trajana, símbolo de la perennidad romana al encontrarse incólume en la actualidad.
En 106 se anexiono Arabia y para 114 ataco a los partos e invadió y sometió parte de Armenia, apoderándose de ella. Seguidamente, prosiguió su avance hasta Babilonia y el Golfo Pérsico, intentando crear una provincia en Asiria y Mesopotamia, pero ante el levantamiento de armas de los judíos orientales tuve que renunciar a su proeza y en el camino de regreso a Roma la muerte le sorprende en Selinonte, pero el imperio había alcanzando su mayor extensión y poder, más fuerte que nunca.
El emperador no había designado sucesor, así que su esposa abogo a favor del sobrino nieto de Trajano, llamado Adriano y ella misma firmaría la carta de adopción del emperador, y para el 117, el ejército y el senado lo reconocerían como emperador.
Durante su reinado, las relaciones entre el senado y el emperador no eran tan buenas como las de su antecesor, estableció una administración fuertemente jerarquizada confiada a los caballeros. En 131 codificó el derecho en el Edicto perpetuo, en donde establecía la justicia para todos, mejorando la defensa y el derecho de los esclavos, así como la emancipación financiera de las mujeres. Trato de mejorar las condiciones de los campesinos, permitiéndole a los agricultores que adquirieran tierras baldías, mientras las cultivasen.
Durante su reinado, Roma floreció como ciudad, restauro el Palatino, el lugar donde Rómulo vio los 12 buitres que le confiaron la misión de construir la ciudad y además mando a construir su mausoleo, en el actual castillo de Sant’Angelo. Gracias a su fuerte administración pudo emprender un viaje por las provincias, inspeccionándolas y comprobando sus defensas, renuncio a la expansión militar y mando a evacuar los territorios conquistados, en cambio reforzó las fronteras del imperio y mando a erigir el muro que separaba la Inglaterra conquistada de Escocia.
Antes de morir, Adriano adopto por alianza a su sobrino Antonino, con la condición de que este adoptase a un joven de 17 años, llamado Marco Aurelio y a otro de 7 Lucio Vero, a quien supuestamente se le presume ser un hijo legítimo de Adriano, que muere para el 138 en un momento en que las relaciones con el senado eran intensas.
A la muerte de Adriano, Antonino recibió el poder de manos del senado y en el año 148 a la celebración de los 900 años de la fundación de Roma, esta se encontraba en su apogeo y había consolidado la paz general. El emperador tuvo buenas relaciones con el senado y mantuvo las relaciones diplomáticas con los pueblos fronterizos, mientras las provincias seguían enriqueciéndose, beneficiando a Roma.
En este período la población se podía calcular entre los 50 y 100 millones de habitantes, el poder central se consolido y la burocracia estaba representada por los gobernadores, procónsules y procuradores que dependían del senado. El modelo urbano de Roma se impuso, con la construcción de foros, arcos de triunfo, termas, acueductos, templos y una extensa red vial, que unía a la ciudad con los puntos más alejados del imperio, la cual también sirvió como vía estratégica para las legiones romanas en sus conquistas y además económica, facilitando el comercio con las provincias, que se acompañaba con el mercado marítimo por el Mediterráneo.
La mayor parte de la producción del imperio era agrícola, en la que los terratenientes se veían beneficiados con grandes fortunas y en sus fincas trabajaban un gran número de esclavos, que inclusive se enriquecieron con los excedentes de la producción, que además se vendían en las ciudades, donde los artesanos los transformaban en diversas especialidades.
En el período de la paz romana, el emperador y los grandes personajes se aseguraban la popularidad, distrayendo al pueblo mediante costosos espectáculos, representaciones teatrales, carreras de caballos y juegos circenses, en donde los hombres libres eran sus clientes y en período de crisis y en especial para los más pobres, se organizaba una distribución gratuita de trigo, acción que era condenada por algunos, pero que sirvió para garantizar la paz civil, a pesar de ser una política que gravaba pesadamente la economía imperial.
En 161 Marco Aurelio se convierte en emperador, al lado de su hermano adoptivo, Lucio Vero, asociado a él como Augusto. Su política interior fue pacífica, pero los problemas venían del exterior, los partos invadieron Armenia y se burlaron durante 5 años de las legiones romanas. En 165 una peste diezmo el imperio y en 167 los bárbaros invadieron Panonia y Dacia. La situación apenas estaba restablecida cuando los marcoromanos y los cuados invadieron el norte de Italia en 170 y la guerra duro hasta 175. En ese momento Marco Aurelio se dirige a oriente, ya que Avidio Casio se había proclamado emperador.
En 177 Marco Aurelio rompió con el principio de adopción y asocio a su hijo Cómodo al mandato imperial, que toma el trono para el 180 a la muerte de Marco Aurelio, pero es asesinado para 192 y Septimio Severo, nacido en África, toma el poder, proclamado como emperador para el 193.
Con su reinado las provincias accedieron al poder, se acrecentaron las costumbres y creencias religiosas orientales y el cristianismo empezó a difundirse. El principio dinástico se convirtió en ley y los sucesores de Septimio Severo, se asociaron a él como Augustos. El emperador y su familia fueron considerados como de origen divino y se incremento el poder del despotismo imperial que redujo los poderes legislativo, judicial y financiero del senado.
Desde 235 a la muerte de Severo Alejandro, hasta 268 con el fin del reinado de Galieno, el imperio vivió envuelto en revueltas permanentes, en donde los emperadores se sucedían rápidamente, elegidos por sus soldados y cuyos mandatos apenas duraban unos años e inclusive meses ante un rival que los asesinaba, mientras la población moría rápidamente ante una epidemia de peste.
A estas calamidades se sumaron las amenazas de los pueblos bárbaros para las fronteras, los francos, alamanes, sajones, vándalos y godos, se instalaron en las orillas del Danubio y del Rin, mientras los persas no disimulaban sus intenciones sobre las provincias orientales. Durante este período el emperador Valeriano, asoció a su hijo Galieno al poder, para que se enfrentase a los francos y godos mientras este hacia frente a los persas sasánidas, pero el rey de Persia, Sapor I, lo capturo e hizo prisionero y tras su muerte se provenía una nueva dinastía.
Galieno murió asesinado en 268 y los ilirios de Dalmacia y Panonia tomarían el poder, dando fin a la anarquía vivida en Roma. El primer emperador ilirio fue Claudio II, que obtuvo la victoria sobre los godos y los germanos, falleció en 270, época en la que Aureliano tomaría el poder.
Aureliano reino entre 270 y 275, combatió y detuvo a los vándalos, jutungos y yázigas, que invadían el norte de Italia, y en Siria venció a la reina Zenobia y reconquisto Palmira y el imperio de la Galia. Gracias a estas victorias reforzó las fronteras y estableció la unión corporativa y de la moneda.
El emperador conocido como el restaurador del mundo romano, murió asesinado en 275 y Probo le sucedió, continuo con la política de Aureliano y pacifico el imperio tras vencer a los bárbaros en el Danubio y reprimió los levantamientos en Egipto y Asia Menor.
En 282 Caro sería nombrado por los soldados como sucesor de Probo, quien le otorgo a sus dos hijos el título de augusto, confiriendo el poder tanto en oriente como en occidente. En 284 Diocleciano fue nombrado emperador y ante la inestabilidad política y las amenazas externas designo bajo el título de augusto a un oficial panonio llamado Maximiano, encargándole la defensa de occidente mientras este se encargaba de oriente.
Maximiano a su vez en 293 nombraría como césar, al ilirio Constancio Cloro y Diocleciano le otorgaría el mismo título a Galerio, de este modo iniciaría el gobierno de la tetrarquía en Roma, basado en 2 césares y 2 augustos, en donde Roma dejaría de ser el centro de poder que pasaría a las ciudades de Milán, Tréveris, Sirmium y Nicomedia.
Una vez establecida la tetrarquía Diocleciano lucho contra la inflación, sin mucho éxito y el gran costo que llevaba mantener los ejércitos en las fronteras lo obligo a establecer de carácter obligatorio el alistamiento de los hijos de las familias en las legiones.
Diocleciano era excesivamente conservador en el campo cultural y religioso de Roma, por lo que implanto una fuerte persecución contra quien atentara a esas creencias. El maniqueísmo de Persia fue condenado en 297, y entre 303 y 304 lanzo cuatro edictos sucesivos en contra de la religión cristiana ya consolidada. Estos edictos prohibieron las asambleas cristianas, causaron la destrucción de las iglesias y los libros santos y privó a los cristianos de sus derechos civiles, obligándolos a ofrecer sacrificios a los dioses romanos. Hasta 311 estas persecuciones se llevaron de forma bastante violenta, sobre todo en Oriente y para 305 ya Diocleciano había abdicado en el poder y se retiro a su palacio en donde murió para 313 bajo una tetrarquía ya en ruinas.
En el contexto a finales del siglo III, cuando las invasiones bárbaras debilitaban al imperio, para restaurar la unidad moral algunos emperadores como Decio, Valeriano y Galerio, emprendieron la persecución de los cristianos por considerarlos subversivos, a través de una serie de edictos que no tuvieron la misma fuerza en todas las provincias del imperio como en la Galia.
Entre 305 y 313 se promulgaron edictos de mayor tolerancia, ya que los cristianos se convirtieron en piezas claves de las luchas por el poder en un imperio dividido en 4, y así para poner fin a estas persecuciones dos augustos, Constantino, hijo de Constancio Cloro y Licinio, se pusieron de acuerdo en reconocer en todo el imperio la libertad y la paz religiosa, en lo que se llamo el edicto de Milán para el 13 de junio de 313.
Cuando Constantino quiso sacar a Licinio del poder, emprendió una política realmente favorable a los cristianos y en 324, convertido en el único emperador, promulgó la restricción de los cultos paganos y judíos y el imperio adopto el cristianismo, se restituyeron las iglesias y los bienes confiscados fueron devueltos a los clérigos.
El imperio se hizo cristiano, pero sin embargo la Iglesia estaba dividida, enfrentadas la iglesia latina de occidente y la griega de oriente, en disputas como fijar la fecha de la Pascua y la verdad sobre la divinidad de Cristo, el emperador juzgo conveniente intervenir y para 325 convoco en Nicea, el primer concilio ecuménico, en el que soluciono el problema de la Pascua y a partir de entonces la Iglesia se politizó, en donde el emperador se presentaba como el obispo exterior, en donde los papas carecieron de relevancia.
Finalmente se iniciaría un período de asimilación y penetración del cristianismo en el Imperio Romano, se edificaron iglesias, se bautizaron personas, la cultura cristiana rivalizaría con el pensamiento filosófico clásico y aparecerían ilustres pensadores, estudiosos de los textos sagrados que establecieron la doctrina cristiana, la Biblia sería traducida por san Jerónimo y posteriormente el emperador asumiría la fe cristiana y a partir de él, la corte y la aristocracia, llegando hasta conversiones masivas, pero muchas de ellas tendían a un beneficio político e intelectual que resultaba ventajoso con la religión.
El cierre de los templos paganos era inminente y Graciano establecería la separación de estado y paganismo para 381 y finalmente Teodosio prohibiría los ritos paganos y las últimas fiestas paganas se realizarían en Grecia entre 394 y 396.
En 337 los tres hijos de Constantino tomaron el título de Augustos y se dividieron el imperio, Constancio II se quedo con oriente y Constantino II en occidente, pero fue asesinado por su hermano Constante, quien tomaría el imperio, de esta manera Roma quedaría diluida en dos mitades, el Imperio Romano de Occidente con capital en Roma y posteriormente en Milán y el Imperio Romano de Oriente con capital en Constantinopla.
Posteriormente durante el reinado de Graciano, incapaz de hacer frente a la invasión de los godos, que se habían asentado en Tracia y en los Balcanes, rechazados por otro pueblo nómada conocido como los hunos, nombraría en 379 como augusto de oriente a un general hispano llamado Teodosio.
Él poder de este emperador fue tal, que más bien reino solo sobre el poder de Graciano y en 382 se vio obligado a reconocer la instalación de los godos como nación independiente entre el Danubio y los Balcanes. En occidente tuvo que luchar contra los conspiradores Máximo y Eugenio, venció al primero en 386 y al segundo en 394, mientras su ejército ya estaba compuesto por godos.
A la muerte de Teodosio en 395 el Imperio Romano había perdido su unidad para siempre, la constitución de dos bloques de poder, occidental y oriental fue la principal causa que lo llevo a la ruina, enfrentados dos posiciones y dos aristocracias no pudo subsistir, las cargas fiscales eran cada vez mayores y la estructura social romana parecía cada vez mas inservible, mientras en el campo, ante las invasiones y las guerras civiles, causaban miseria y despoblación, mientras los campesinos eran sometidos por los grandes terratenientes, en apariencia como la próxima sociedad feudal.
Teodosio dejaría a su hijo Arcadio el reino de oriente y a Honorio el de occidente, y del último su reino no perduraría mucho, ya que para 410 los visigodos al mando de su rey Alarico, invadirían Italia, hasta tomar y saquear Roma asolando la ruina definitiva del imperio de occidente, pero cuya transformación no sería una conquista total, sino un período de invasiones continuas por distintos pueblos tanto vándalos, ostrogodos, visigodos, alanos, hunos, entre otros, que se fueron asentando progresivamente en el territorio romano, asimilando su sociedad y sobre todo la religión cristiana, que sentarían las bases para la creación de una nueva sociedad en occidente.
Después del saqueo de Roma por los visigodos, ya las fronteras del Rin para 406 no pudieron resistir las presiones de germanos, vándalos, suevos y alanos, que huían de una tribu procedente de Asia, los hunos.
Durante el siglo III, los hunos se extendieron por Europa oriental, sembrando el terror por su carácter salvaje y cruel. En 434 el kan o rey de los hunos Atila, mato a su hermano Bleda y gobernó sobre todas las hordas húnicas y la fama de su ferocidad le valió el apodo del “azote de Dios”.
En el siglo V los hunos abandonaron el nomadismo y se instalaron en los Balcanes, al sur del Danubio, estando en contacto con pueblos más civilizados. Después de tomar el trono de los Hunos, Atila se dirigió hacia oriente y en 443 llego hasta Constantinopla, para 448 penetro en Grecia y llego hasta las Termopilas, mientras el emperador Teodosio II se veía obligado a pagarle tributos anuales.
Lugo Atila se dirigió hacia occidente y en 451 cruzó el Rin y destruyó Metz, Reims y Troyes, rodeó París y sitio Orleans, llegando hasta el reino de los visigodos, en donde fue detenido por Aecio, un general romano que conocía sus tácticas. Aecio con la ayuda de Teodorico I, rey visigodo reunió un ejército de francos, alanos y burgundios y con esta coalición recuperó Orleans e hizo retroceder a Atila y en la batalla de los Campos Cataláunicos Aecio y Teodorico consiguieron que Atila se retirara hasta el Rin.
En 452 Atila se dirigió a Italia y se apoderó de Aquilea, devastó Milán, Padua y Pavía, mientras el emperador Valentiniano II tuvo que abandonar Ravena y refugiarse en Roma. A su llegada a Roma, el obispo León I Magno, entabla negociaciones con Atila y lo convence para que se retire, tal vez a cambio de un tributo considerable. Durante el regreso a su reino, Atila muere de una apoplejía y su imperio no sobreviviría a su desaparición, desintegrándose hacia el Mar Negro.
Tras el advenimiento y el terror sembrado por los hunos, el Imperio Romano de Occidente se fue desmembrando poco a poco, encontrándose a los Visigodos, provenientes de Escandinavia, hacia 476, desde el Atlántico hasta el sur de los Alpes y desde Loira hasta Gibraltar. Los burgundios, oriundos de las costas del Báltico, y tras romper su tratado con Roma fines del siglo V se extendían desde la actual Borgoña hasta el bajo valle del Ródano, y desde las Cevenas hasta la Suiza occidental.
Los vándalos, después de enfrentarse a Roma se expandieron hacia 470 hasta África del Norte y las islas mediterráneas, mientras los francos, descendientes de antiguas tribus germánicas, se instalaron en Renania, Bélgica y en el Artois, a su vez que los anglosajones cruzaban el canal de la Mancha, e invadieron la isla de Bretaña, derrotando a los bretanos y se confederaron en reinos independientes.
Entre 456 y 472 Aecio dispuso a los emperadores a su voluntad y para 475 Orestes, un panonio que estaba al servicio de Atila, hizo nombrar a su hijo Rómulo Augústulo como emperador, pero Odacro jefe de los mercenarios instalados en el norte de Italia, encabezo una revuelta y depuso a Rómulo Augústulo en 476, el último emperador romano había caído, desde 410 la gloria de Roma ya no era más que el recuerdo y en 481 los germanos se hicieron dueños de occidente, la unidad del Imperio Romano había quedado rota para siempre y mientras en oriente florecía, el Imperio Romano de Occidente había llegado a su final para 476, un gran legado cultural y nuevas formas de gobierno serían aportes indispensables en la Historia de la humanidad.
Continuara...

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