domingo, 17 de octubre de 2010

Definición y Reflexión del concepto de cultura como objeto de estudio de la Antropología

El concepto de cultura ha venido sufriendo una serie de cambios y refinamientos a raíz de los aportes de diversos autores y tendencias, la cuál puede ser entendida como el producto de las interrelaciones entre un conjunto de sistemas de significados, que se componen por un conjunto de rasgos culturales, establecidos en las tradiciones, costumbres, comportamientos, hábitos y creencias de los diversos grupos humanos, aprendidos socialmente y que están incluidos en patrones culturales como los modos en que son expresados y se relacionan dichos rasgos, los cuales determinan las características distintivas de cada cultura y que a su vez incluyen y están sujetas a un sistema de valores culturales, que establecen el deber ser de cada cultura, necesarios para mantener los limites en la relación de los rasgos culturales dentro de cada patrón cultural, incluidos y articulados en la relación que mantiene entre sí diversas instituciones de índole político, económico, jurídico, matrimonial, familiar, entre otros, quienes permiten a los grupos humanos adaptarse a su realidad física, en concordancia con su realidad social mediante la segmentación que realizan de su propia realidad, a través de la significación de valores y sentidos, transmitidos por medio del lenguaje y expresados de forma significativa con su escritura, dentro del conjunto de relaciones integradas que componen y diferencian a las distintas culturas.
Este concepto de cultura es tomado de los diversos aportes realizados por varios autores en los intentos de tratar de explicar que es la cultura. Es importante considerar que en un principio, el término fue usado como influencia del pensamiento ilustrado francés para referirse al grado de conocimiento que poseía una persona, del que se desprenden designaciones como culto e inculto, erróneos para el concepto de cultura que se maneja en las ciencias sociales.
De la misma forma la cultura era estudiada en parcelas separadas entre sí, a lo que Edward Tylor reacciona con su concepción universalista de la cultura, pasando a ser el primero en aportar la noción de totalidad a su definición, al darse cuenta que esta no puede ser estudiada como una entidad separada, sino como un todo comprendido por conocimientos, creencias, costumbres, entre otros hábitos adquiridos socialmente, que es otro aporte fundamental que realiza Tylor a nuestro concepto, que permite considerar a la cultura como una adquisición producto de relaciones sociales más que de la herencia biológica.
En este contexto Boas toma el concepto de totalidad de Tylor, pero se centra en el estudio de las culturas más que de la cultura, al explicar que cada una solo puede ser estudiada en su propio contexto histórico, algo fundamental de lo que nace el particularismo y explica que la cultura no es un ente general y único sino que existen una gran variedad de culturas por la diversidad de grupos humanos.
A partir de esta premisa universal de la cultura como un todo y de la existencia de varias culturas es que Malinowski propone la noción de que la cultura no es solamente una totalidad de la suma de elementos, sino que es un todo integrado de elementos relacionados, por lo cuál añade al concepto de cultura la composición de instituciones que están relacionadas entre sí, pero falla al no tomar en cuenta las contradicciones que existen dentro de cada cultura al llevar al extremo su concepto integracionista de relaciones estables, ya que las culturas no son algo homogéneo y están sujetas al cambio, algo que el ahistoricismo de Malinowski prácticamente negaba, al decir que las culturas cambian poco.
También es importante el aporte que realiza Ruth Benedict al designar la capacidad que tienen los grupos humanos para segmentar su realidad al tomar distintos elementos culturales de todos los que existen, los cuales se orientan mediante ciertos modelos o estilos conocidos como patrones culturales y es de allí, en conjunto con los aportes de Margaret Mead que nace la idea de patrones culturales como las formas en las que se expresan y se relacionan distintos rasgos culturales y que explican la diversidad de la cultura, que además son adquiridos socialmente bajo la influencia de instituciones, destacando la educativa y que a su vez están sujetos por los valores de cada cultura.
Finalmente Lévi-Strauss realiza un análisis estructuralista de la cultura y la define como un conjunto de sistemas simbólicos que expresan aspectos de nuestra realidad física y social, así como la relación entre ellas, además de las relaciones entre los mismos sistemas. Además añade la idea del lenguaje como el medio por el cual la cultura puede ser transmitida por las sociedades, así como la relación que guarda con la cultura, es por ello que tomando como premisa inicial el concepto de Strauss, él de Tylor puede ser refinado no como una totalidad de elementos agregados sino él de la cultura como el producto total de las relaciones de sistemas con significado, en donde no existe una cultura sino distintas culturas como afirmaba Boas, en donde la relaciones que se dan dentro de las culturas, son producto de las interrelaciones de instituciones, aporte importante de Malinowski, las cuales permiten estudiar los modos en que se expresa la cultura, es decir los patrones culturales propuestos por Benedict, en los cuales encontramos muchas más relaciones entre rasgos culturales gracias al establecimiento de un sistema de valores que explica la configuración que debe existir en cada cultura.
La cultura solo puede existir si se da un grado de relaciones entre los factores que la integran, pero es importante considerar que estas no son estables sino están sujetos a procesos de cambio cultural que también forman parte de las relaciones que componen a las culturas, así como de los procesos de intercambio entre grupos culturales, que al tomar elementos entre una cultura y otra estos buscan ser integrados dentro de todo el complejo que es su sistema cultural.
De la misma forma la cultura tiene una gran importancia en la sociedad al influir en la personalidad de los individuos de cada grupo cultural, así como por darle la capacidad a los grupos humanos de adaptarse al entorno donde viven gracias al conjunto de técnicas que se desarrollan como resultado de las relaciones que se dan dentro de cada cultura, las cuales dependiendo de las circunstancias históricas de cada grupo cultural le han permitido de distintas maneras adaptarse a su medio e inclusive trabajar para dominar a la naturaleza, como una de las consideraciones más importantes por la cuál se estudia la cultura, al constituir la capacidad mediante la que los grupos humanos segmentan su realidad, por medio de la significación de valores y sentidos, que les permite sobrevivir en el mundo donde viven.