sábado, 24 de julio de 2010

Grecia


A partir del tercer milenio antes de la era Cristiana florecieron las primeras civilizaciones del mar Egeo, en Creta, las Cícladas, en Grecia y en Asia Menor. En Creta se asentó una civilización llamada minoica, cuyo desarrollo se establece hacia el 2000 A.C., época en la que se construyeron los palacios de Cnosos, Festo, Zákros y La Canea o Malia.

Durante el primer período minoico, llamado minoico antiguo, entre el 2700 y el 2000 A.C. Creta se hallaba dividida en diversos reinos que vivían en prosperidad, cuya situación se prolongaría para el minoico medio entre el 2000 y 1750 A.C., en donde se daría la construcción de los primeros palacios y el desarrollo de la metalurgia del bronce, la cerámica y la orfebrería, así como el comercio marítimo con las Cícladas, Rodas, Chipre y oriente. Hacia 1750 y 1700 A.C. desaparecerían los primeros palacios, sin conocerse la causa, estipulada por invasiones extranjeras, revueltas ante jefes excesivamente exigentes o terremotos.

Entre 1700 y 1400 A.C. en el minoico reciente, se erigió en Creta una segunda generación de palacios y entre ellos, el de Cnosos. El palacio constituía el centro de la vida económica y religiosa, en donde se almacenaban alimentos y excedentes de la producción agrícola. También era el lugar de trabajo de los artesanos y funcionarios, además de ser una residencia principesca. Los palacios estaban gobernados por personajes que eran a la vez monarcas y jefes religiosos y al parecer durante esta época dominaban a sus vecinos de Malia y Festo.

En esta isla, la producción de cereales era insuficiente como consecuencia de las largas sequias, pero por el contrario los árboles frutales, la vid, el olivo y las colmenas producían excedentes que se almacenaban. Durante este período la actividad comercial marítima era la más importante para Creta, viviendo de la pesca, la alfarería y el trabajo de metales, quienes a través del intercambio comercial eran importados a Creta, mientras los excedentes agrícolas eran exportados a través de las rutas marítimas.

Desde el segundo milenio antes de Cristo, esta región fue sometida por grupos indoeuropeos, que sentaron las bases de la civilización griega bajo el nombre de aqueos, quienes se impregnaron de la cultura minoica. A partir de 1450 A.C. muchos de los palacios fueron destruidos, asumiendo la causa por una invasión micénica, que fascinados por la riqueza de Creta debieron invadirla para el siglo XV A.C. mientras que otra de las causas estipuladas, esta referida a un supuesto maremoto que hundió la flota de Creta, como consecuencia de la erupción del volcán submarino Santorín para esa época.

A comienzos del segundo milenio antes de Cristo, pueblos de origen indoeuropeo llamados micénicos, se infiltraron en la península balcánica y destruyeron los asentamientos de sus civilizaciones, así como en la isla de Creta, después de la destrucción de sus palacios, estableciendo un nuevo dominio sobre Grecia y el mar Egeo.

Bajo esta civilización la vida familiar se realizaba en torno a una estancia en cuyo centro estaba el hogar, mientras que el palacio micénico estaba encerrado a diferencia del cretense, centrado en la sala del trono llamado megarón. La religión sufrió transformaciones, centrándose en la creación de tumbas funerarias y las primeras creencias en dioses como Zeus, Hera, Poseidón, Hermes, Atenea, Artemisa y Dioniso, a diferencia de las diosas femeninas de la fertilidad de los cretenses.

Micenas era la ciudad más importante de esta civilización, protegida por imponentes fortalezas y murallas, era capaz de resistir un asedio, siendo bastante rica en oro. El centro de la ciudad ya no sería el palacio como recinto religioso, sino el demos, un campo exterior en donde vivía la población agrupada en comunidades campesinas, gobernados por príncipes belicosos que dirigían la administración del palacio y el ejército, nombraban funcionarios y escribas y ejercían su autoridad sobre el reino, mediante la recaudación de impuestos y la posesión de territorios en donde trabajaban, campesinos, esclavos o libres.
Durante su época los micénicos se expandieron por todo el Mediterráneo, encontrándose una poderosa flota que conquisto Troya y cuya influencia es encontrada en Sicilia, las Cícladas, en la costa de Asia Menor, en Chipre y en Fenicia, quienes relevaron el dominio marítimo a los minoicos.
Aunque los
micénicos eran una civilización guerrera hacia 1200 A.C. desapareció súbitamente, tal vez como consecuencia de nuevas invasiones o de rebeliones internas, en donde las últimas fortificaciones fueron derrumbadas y los últimos palacios de Creta destruidos, dejando los aqueos el mayor legado cultural como los primeros helenos de la civilización griega, que entro en tres siglos de oscuridad tras las invasiones.

Las ciudades griegas proliferaron desde el siglo VIII A.C. ubicados al sur de la península balcánica y en el litoral del mar egeo, se desarrollaron con sus dioses, sus instituciones, sus particularidades y diferencias. Los historiadores denominan a esta época como arcaica, a partir de la invención del alfabeto griego, legado de los fenicios, al que se le añadieron las vocales y que abarca hasta el siglo V A.C. época de la Grecia clásica.

En el siglo VIII A.C. después de la destrucción de las ciudades micénicas, los griegos se dividieron en pequeñas comunidades que ocupaban el territorio, llamadas polis, como especies de ciudades estado gobernadas por reyes o jefes guerreros, cuyo mandato era hereditario. En Atenas destacaron las dinastías de los Erecteidas y los Mentoditas y en Esparta la de los Agíadas y los Euripóntidas.

Estas ciudades estado eran comunidades poco numerosas dominadas por familias importantes, llamadas eupátridas, que se llamaban así mismos, los aristoi, es decir los mejores, de donde deriva el término de la aristocracia, cuyo poder estaba sustentado en la tenencia de tierras, como única fuente de riquezas. Las polis estaban dirigidas por tres magistrados o arcontes escogidos entre los eupátridas. El primero, el arconte epónimo, daba su nombre al año en curso, el segundo, el arconte rey, conservaba las funciones religiosas del antiguo rey, el tercero, el arconte polemarca, era el jefe del ejército. Al dejar su cargo, los arcontes pasaban a formar parte del Areópago, o consejo de ancianos.

La sociedad evoluciono durante el período arcaico, trayendo un aumento en la prosperidad de las ciudades. El comercio y la artesanía se sumaron a la tenencia de tierras como fuentes de riquezas y creció la población urbana, trayendo tensiones entre los ricos, los poderosos hacendados y los campesinos pobres, causando transformaciones en las ciudades. Entre ellas Esparta, destaca por una original solución, para el siglo VI A.C. al adoptar una severa constitución, atribuida al reformador Licurgo.

Bajo esta constitución la sociedad espartana estaba jerarquizada en tres grupos principales: los homoioi que tenían categoría de ciudadanos y disfrutaban de derechos políticos, eran los únicos considerados como ciudadanos espartanos, formados por soldados permanentes, llamados hoplitas, que además formaban parte de la asamblea del pueblo y podían designar a los gerusía, o consejo de ancianos, así como a los cinco éforos o magistrados elegidos cada año. Por otro lado encontramos a los periecos, formados por hombres libres, agricultores, ganaderos o artesanos que no tenían acceso a la ciudadanía y finalmente los ilotas o esclavos, propiedad del estado y formaban la mayor parte de la población.

Como consecuencia del crecimiento demográfico que se suscitaba en Grecia desde mediados del siglo VIII hasta mediados del siglo VI A.C. una importante oleada de emigración se desplazo hacia las costa de Asia de Menor, impulsando a los griegos a formar colonias dependientes de la metrópolis central, favoreciendo la adquisición de tierras y aminorando las diferencias de clases, constituyéndose una nueva aristocracia de hacendados.

A pesar de la diferencia entre las ciudades griegas, estas se mantenían unidas al considerarse como helenos, es decir que pertenecían a una misma comunidad, unida por la lengua griega, común en todas las ciudades y la religión, en donde la constitución de los dioses del Olimpo estaba presente en todas ellas, además de los juegos panhelénicos que congregaban a las comunidades, siendo en un principio ceremonias religiosas, que pasaron a convertirse en pruebas deportivas, destacando los juegos de Olimpia, que tenían lugar cada cuatro años, celebrados desde el 776 A.C.

Durante el siglo VII y VI A.C. la guerra civil fue una amenaza constante para las ciudades estado, dominadas por las familias aristocráticas, que empezaron a evidenciar un retroceso en su poder como consecuencia de dos aspectos relevantes. En primer lugar, el de carácter militar como resultado de las guerras constantes en el mundo griego le dieron parte fundamental a los soldados de infantería, por lo que llego un momento en que los hoplitas, se negaron a defender las ciudades en las que se sentía excluidos, y en segundo lugar el surgimiento del comercio, la moneda y la artesanía, acompañado con el auge de la cerámica exportada por el Mediterráneo por las colonias establecidas, sustituyo a la agricultura como principal fuente de producción, estableciendo nuevas condiciones económicas que afectaron el modo de vida de la aristocracia.
Estos cambios provocaron que pequeños campesinos, dependientes de las actividades agrícolas, se sumieran en la pobreza y se endeudaran con los grandes terratenientes, iniciándose un período de luchas en la que los campesinos reclamaban el reparto de tierras y la abolición de las deudas.

Esta crisis planteo la necesidad de reformas, por lo cual surgen importantes legisladores en las ciudades, entre ellos destacan Carondas en Catania y Pitágoras en Cretona, por su lado Esparta seguía fiel a la reforma de Licurgo y en Atenas destacan la reforma de Solón, para 594 A.C., quien instauro la seisacteia, es decir, la abolición de las cargas de los campesinos y las servidumbres por deudas, estableciendo leyes comunes para todos los ciudadanos, que se dividieron en cuatro clases, sentando las bases de la democracia ateniense.

A pesar del esfuerzo de los legisladores, las luchas entre las ciudades continuaron, haciendo que hombres fuertes tomaran el poder por la fuerza, contando con el apoyo popular, entre los que destacan Pisístrato en Atenas, Polícrates en Samos y Trasíbulo en Mileto. Estos tiranos no se interesaron en reformar la constitución de las ciudades, pero llevaron a cabo políticas de prestigio, emprendiendo grandes obras y estimulando la economía de las ciudades.

Las tiranías duraron un poco más allá del siglo VI y solo constituyeron un remedio provisional a la crisis. En Atenas un aristócrata llamado Clístenes fue quien establecería la democracia en Atenas. Hacia 508 A.C. instauro el régimen de la isonomía, es decir la igualdad de la ley, que bajo su opinión, solo el reparto del poder podría garantizar la estabilidad de la ciudad.

Clístenes dividió a la ciudad en un centenar de comunidades, llamadas demos, agrupadas en tres regiones, la Mesogaia (el interior), la Paralia (la costa) y el asty (la ciudad). La población fue dividida en 10 tribus y el poder estaba confiado a un consejo de 500 miembros elegidos por sorteo, representada por 50 miembros de cada tribu. De esta manera el poder circulaba por todo el cuerpo cívico, por encima de los intereses locales y familiares, Clístenes logro reemplazar las comunidades arcaicas por una comunidad política, en función de una concepción geométrica de la ciudad, como si la armonía estuviese regida por una razón matemática.

El fin de la Grecia Arcaica, también coincide con el surgimiento de la ciencia y la filosofía griega, en donde los pensadores, principalmente jonios, se basaron en la lógica para organizar el mundo y explicar su creación y funcionamiento, así como intentaron hallar el principio universal que regia el universo.

En el siglo V A.C. iniciaron las guerras médicas como consecuencia de la expansión del Imperio Persa, de la dinastía de los Aqueménidas, basándose en un principio religioso en donde toda la tierra debería estar en manos del gran rey. Hacia 492 A.C Darío, rey de Persia consiguió establecer su dominio sobre Tracia y Macedonia, controlando el estrecho del Helesponto, que une Asia y Europa, se había convertido en una amenaza para los griegos.

En la ciudad de Mileto, en Asia Menor, gobernada por el tirano persa Aristágoras, la aristocracia persa de los Naxos es expulsada por sus adversarios, por lo que Aristágoras pide ayuda a Darío para recuperar el poder, pero la operación fracasa y ante el miedo frente a la reacción del rey, Aristágoras decide pedir a las ciudades griegas de Asia Menor que se sublevaran ante los persas, pidiendo ayuda a la Grecia continental de la que solo recibe el aporte de 20 Trirremes de Atenas y 5 navíos de Eretria.

Las tropas griegas desembarcaron en Asia Menor y entraron en Sardes incendiándola, pero se vieron obligados a reembarcar frente a la caballería persa. Ante la destrucción de la ciudad el pueblo empezó a cuestionar el mandato del rey, por lo que Darío inicia la ofensiva con su ejército derrotando al enemigo en Lades y tomando una a una las ciudades jónicas, hasta que llega a Mileto, foco de la insurrección y saquea a la ciudad para el 494 A.C. deportando a la población a Mesopotamia. Por otro lado Darío, ante el apoyo de Atenas, manda a sus súbditos que le repitieran a diario “Señor acuérdate de los atenienses”, para mantener viva su sed de venganza.
Por otro lado, no todos los atenienses eran hostiles a Darío, de hecho existía una profunda división entre los partidarios y los contrarios a Darío. En Atenas Milcíades reunió a todos los que rechazaban la alianza con los persas, mientras que el antiguo tirano Hipias representaba a los favorables a Darío, mientras muchas otras ciudades presentaban la misma división ante la tentativa persa. Por esta razón para 490 A.C. Datis, almirante de los persas emprendió una expedición a las Cícladas y Eubea para obtener la alianza de las ciudades griegas e instalar regímenes vasallos.

En ese mismo año los soldados persas desembarcaron en las playas de Maratón, a 40 kilómetros de Atenas, mientras a su vez Milcíades consiguió convencer a la asamblea griega, para salir al encuentro con los persas y pedir ayuda a Esparta y Platea. Como los espartanos se retrasaban, fueron los hoplitas atenienses y platenses, quienes cerraron el paso a los persas. Pero la batalla no inicio de inmediato, ambos bandos se encontraban a la defensiva, por lo que Datis decidió reembarca para atacar a Atenas directamente por mar, pero ante la tentativa Milcíades da la orden de la ofensiva y la carga de los hoplitas venció a los arqueros persas, quienes quedaron bloqueados en sus barcos.

Ante la victoria, el infante Filípides recibe la orden de avisar a la ciudad de Atenas sobre el ataque, mientras los hoplitas se ponían en marcha rápidamente, ante el posible desembarco persa. Cuando Datis llego frente a la ciudad, esta estaba fuertemente defendida, por lo que juzga inútil insistir y se retira, siendo una victoria gloriosa para los griegos. Desde este momento los griegos dejaron de temer ante el reinado de un tirano y Persia tendría que esperar 10 años ante una nueva tentativa, mientras Atenas se fortalecía e enriquecía, mandando a construir una flota de 200 trirremes, anexando campesinos como remeros y hoplitas quienes compartirían con el ejercito griego el honor de defender el Ática.

A la muerte de Darío, su hijo Jerjes hereda el imperio para el 486 A.C. y ante un imperio en revueltas, restablece la situación y decide realizar una nueva expedición ante los griegos, esta vez frente al mando de cientos de miles de soldados dispuestos a aplastar a Atenas y 1200 barcos tripulados por fenicios, persas y griegos de Asia.

El avance enemigo desencadeno una crisis en Grecia, mientras las primeras ciudades ya se rendían, por los que los atenienses decidieron recurrir nuevamente a la pitia de Delfos, estableciendo que depositaran su confianza en su flota de trirremes. Para el 481 A.C. 30 ciudades se reunieron en la isla de Corintio y entre ellas Esparta que no creía en la victoria de Atenas, a la que inclusive se le da el mando de las operaciones militares.

Frente al poder del ejército enemigo, el poder de los griegos estaba en el conocimiento del accidentado relieve de su región. Decidieron defender el sur de Tesalia, en el desfiladero de las Termopilas en donde se instalo Leónidas, uno de los reyes de Esparta con 7000 hombres, mientras los trirremes bloquearon el canal de Oreos para proteger el Ática. A su vez los persas decidieron coordinar su ataque por tierra y por mar, pero una terrible tormenta arraso los barcos griegos en el cabo de Artemision y en tierra una traición para los griegos permitió a los persas rodear el desfiladero de las Termopilas y sorprender a Leónidas, quien manda a regresar al resto de las tropas, mientras el se sacrifica con 300 espartanos.

El ejército persa, comandado por Mardonio avanzo hacia el sur, saqueando las ciudades y masacrando la población, mandando a arrasar la Acrópolis, mientras los peloponesios se replegaban, los atenienses que habían abandonado el Ática, se refugiaban en sus barcos preparados para resistir. Los atenienses consiguieron que las fuerzas navales se concentraran en la estrecha bahía de Salamina, donde su inferioridad numérica no sería perjudicial, ya que el estrecho espacio no le permitiría a la flota persa replegarse. Entonces Temístocles atrajo la atención de los barcos persas, haciéndoles creer que los barcos atenienses se dispersaban llevándolos hasta la bahía, en donde lo esperaban los trirremes en formación cerrada, que rodearon a los barcos enemigos, constituyendo un desastre para los persas ante la victoria naval ateniense.

Los persas bajo el mando de Mardonio, continuaron resistiendo, mientras espartanos y atenienses construían un muro defensivo, 10.00 hoplitas espartanos se reunieron con los atenienses en Eleusis y se dirigieron a Platea en donde esperaban los persas, enfrentándose un total de 40.000 hoplitas contra 300.000 persas, mientras los primeros se defendieron con un perfecto conocimiento de la guerra y a pesar de su inferioridad numérica alcanzaron la victoria en el 479 A.C. y a su vez la flota ateniense se dirigió hacia Delos y a Samos, hasta que al llegar al cabo Micala destruyo toda la flota persa convirtiéndose Atenas en la dueña del mar Egeo.

Las guerras médicas fueron importantes para los atenienses, al permitirles construir una alianza que unía a varias ciudades griegas, que se consolidaron en el poder de Atenas, que entro en una edad de oro, formando la liga de Delos para el 476 A.C en donde las ciudades pagaban tributos a Atenas, mientras esta aseguraba su flota y su dominio sobre el mar Egeo, firmando la paz con los persas para el 449 A.C. mientras que era inminente un próximo enfrentamiento entre dos potencias una marítima Atenas y otra terrestre Esparta.

En 480 A.C. cuando los griegos aniquilaron la flota Persa, en la bahía de Salamina, Pericles contaba con 15 años, sobrino nieto de Clístenes, precursor de la democracia ateniense prosiguió con la lucha de este frente a las pretensiones de los aristócratas de Atenas. Pericles se alió con importantes creadores griegos como Fidias, el maestro del Partenón, Sófocles que dio la tragedia griega y su forma clásica y Protágoras, el filósofo que enseñó que “el hombre es la medida de todas las cosas”.

La democracia ateniense no había cambiado desde Clístenes formada por un consejo de 500 miembros, de 50 de cada tribu del Ática, elegidos por sorteo, cada ciudadano podía ser miembro 2 veces por lo que había muchas posibilidades para acceder, mientras la justicia era impartida por 6.000 jueces mayores de 30 años elegidos por sorteo.

La estructura social estaba formada hacia 462 A.C. por 35.000 o 46.000 ciudadanos , en conjunto con 10.000 o 15.000 extranjeros libres, que participaban de la actividad comercial sin ser ciudadanos ni poseer derechos políticos y 100.000 esclavos, que formaban la mayor parte de la población, comprados en los mercados, algunos vivían en condiciones miserables, mientras otros en niveles de vida semejantes a los de sus amos, a diferencia de Esparta en donde los esclavos se sublevarían entre el 464 y el 462 A.C.

Cuando estallo la revuelta, el líder aristócrata llamado Cimón ofreció su ayuda a Esparta, situación que aprovecho Pericles y su amigo Efialtes para limitar el poder del areópago o consejo aristocrático que tenía la función de guardar la constitución de la ciudad. Aprovechando su expedición a Esparta Efialtes logro que se adoptara una nueva ley que limitaba las funciones del areópago, fortaleciendo la democracia en Atenas, pero por el contrario cada ciudadano debía desempeñar su papel en la asamblea, presentándose problemas en campesinos, que debían dejar sus bienes al menos durante un día para presentarse a la asamblea, siendo perjudicial esta situación para ellos.

Como resultado del movimiento de Efialtes, este fue asesinado por los oligarcas, por lo que Pericles decidió reforzar la democracia al facilitar la participación de los ciudadanos más pobres con una indemnización, mientras los más ricos eran obligados a pagar para realizar actividades religiosas y militares. Así para el 460 A.C. Pericles había logrado fortalecer la democracia en Atenas, debilitar el poder de la aristocracia y expulsar a Cimón dela polis, decidiendo mejorar las condiciones de la ciudad.

Pericles emprendió grandes obras públicas, hizo construir murallas y a Fidias le ordeno reconstruir la Acrópolis de Atenas. A partir de 454 A.C. reforzó el mandato de Atenas sobre la liga de Delos y el tesoro de la liga, conservado en la isla de Delos, fue transferido a Atenas, bajo la excusa de la inseguridad del lugar, por lo que la suma de las ciudades aliadas pasaron a depender de Atenas y a cambio estas podían participar en el consejo, para la toma de decisiones.

Después de 454 A.C. Atenas disolvió el consejo de las ciudades, dejando la toma de decisiones en manos de la asamblea ateniense. A partir de allí las 160 ciudades ya confederadas tenían dos opciones o sublevarse o someterse, ya que si se negaban a pagar tendrían que enfrentarse a los trirremes que imponían la “paz de Pericles”. Además de esto, Atenas impuso su moneda en todas las ciudades y Pericles estableció colonias militares que controlaban las rutas comerciales, convirtiendo a la ciudad de la democracia, en la potencia más imperialista de todas.

En 446 A.C. Atenas firmaría una alianza de momentánea paz con Esparta y la solidez de esta se basaría en la unión de sus ciudadanos, mediante la participación en la vida política y la unión religiosa, expresada a través de festejos a los dioses y por supuesto en el teatro, reflejo de los acontecimientos de la ciudad y principalmente de la tragedia, que entraría en evolución con la forma clásica del teatro de Sófocles y la comedia de Aristófanes, pero era inminente el estallido de una nueva guerra en Grecia.

En 431 A.C. una colonia de Corintio, Corcina, se sublevo ante Atenas, obligando a Potidea, antigua colonia corintia a la revuelta, prohibiendo a sus comerciantes negociar con el Ática y de esta manera Conrintio, Megara y Egina se presentaron ante la asamblea de Esparta con la exigencia de atacar a Atenas.

Los espartanos, en un inicio reticentes, terminaron por ser convencidos e iniciaron la guerra del Peloponeso con 40.000 Hoplitas, mientras los atenienses por tierra solo contaban con 13.000 hoplitas y 1.200 jinetes., pero poseían la flota más poderosa de todas.

Durante la guerra los espartanos saquearon varias veces el Ática, mientras los atenienses ocupaban Egina. En 430 A.C. los atenienses tuvieron que enfrentar una epidemia en donde murió casi un tercio de la población y entre ellos Pericles que sucumbió ante la enfermedad para el 429 A.C. A su muerte Atenas se vio dividida, el aristócrata Nicias propugnaba una guerra defensiva, mientras Cleón proponía otra ofensiva.

Posteriormente Cleón consiguió apresar 292 hoplitas enemigos y la guerra prosiguió con más fuerza. En 421 A.C. dos de los más importantes hombres, el ateniense Cleón y el espartano Brásidas cayeron en Anfípolis, una colonia ateniense, cuyas muertes permitieron entablar negociaciones entre las dos ciudades, Esparta temía por sus prisioneros, así que Nicias firmó la paz con Esparta.

La paz de Nicias no duro mucho, ya que un nuevo jefe llamado Alcibíades, sobrino de Pericles, apareció en la gesta política y jugando con las ciudades del Peloponeso a favor de su ambición, atrajo a los enemigos de Atenas como Argos y la guerra se reanudo para el 418 A.C. y Esparta restableció su dominio sobre el Peloponeso, mientras que en Atenas reinaba la confusión, ante el moderado Nicias defensor de la paz y el ambicioso Alcibíades que proponía la guerra.

Alcibíades consiguió convencer a la asamblea griega para expandirse por occidente y atacar Sicilia, por lo que en el 415 A.C. los atenienses enviaron una expedición contra Siracusa. Entretanto las conspiraciones, hicieron que se acusara a Alcibíades de haber mutilado los bustos de Hermes, por lo que se envía un navío para traerlo de vuelta a Atenas, mientras Siracusa pedía apoyo a Esparta. Alcibíades consigue escapar y se une a los espartanos, haciéndole ver la traición ateniense, por lo que Esparta decide enviar sus tropas en defensa de Siracusa. Entonces Atenas dio la orden de ataque, pero se produjo el mayor desastre de todos, 12.000 muertos y la destrucción de su flota.

Para acabar definitivamente con el imperio ateniense, Esparta se alío con los persas, quienes tuvieron de consejero a Alcibíades, quien buscaba su regreso a Atenas. Las guerras por el dominio de Asia Menor se reanudaron, mientras que Atenas se sumía en el período de mayor crisis política, la ciudad cuestionaba la democracia y para el 441 A.C. se suscito un golpe de estado y el consejo de 500 fue sustituido por un consejo de los 400 pudientes. La flota ateniense destituyo a los jefes y proclamaron a los demócratas Trasíbulo y Trasilo, quienes buscaron ayuda en Alcibíades, que convenció a los persas para ayudar a Atenas y no a Esparta, consiguiendo regresar a la ciudad. En 406 A.C. Atenas consiguió una victoria sobre Esparta en las islas Arginusas, pero muchos atenienses murieron en la lucha. A pesar de la victoria el comandante de la flota espartana Lisando se apodero de una buena parte de la flota ateniense y asedio la ciudad, mientras el pueblo se moría de hambre tras las murallas, en 404 A.C. consiguió entrar en esta. Tebas y Corintio velaron por que esta fuese saqueada pero Esparta se opuso y se limito a destruir sus fortificaciones y apoderarse de la flota, derrotada Atenas solo quedaba con 12 trirremes.

En 401 A.C. los espartanos participaron en la expedición de Ciro el joven contra su hermano Artajerjes II, rey de Persia, con el fin de destronarlo. Los dos ejércitos se enfrentaron en Cunaxa y tras la derrota y muerte de Ciro, los 10.000 mercenarios griegos emprendieron la retirada hacia el mar, incitados por los persas a sublevarse frente a Esparta. En 394 A.C. la flota lacedemonia fue derrotada por Atenas, que había reconstruido sus murallas y fortalecido su poderío naval.

En 386 A.C. Artajerjes, impuso la prohibición de la hegemonía de una ciudad sobre otra y sometió a los griegos de Jonia. En 371 A.C. el general tebano Epaminondas venció en Leuctra por primera vez a los hoplitas espartanos, por lo que Atenas, ante el miedo de la tentativa tebana decidió aliarse con Esparta. Sin embargo, los tebanos vencieron a los 2 ciudades en el 346 A.C. en Matinea y se impuso una hegemonía tebana, mientras que Filipo II, rey de Macedonia, aprovechando el debilitamiento de las ciudades, se hacia con un poderoso ejército para someterlas.

En 359 A.C. tras la muerte de su hermano, Filipo se apodero del trono y formo un poderoso ejército en Macedonia, al norte de Grecia, creo un Estado y lo administro, así como lo enriqueció con oro de las minas del monte Pangeo. De 357 a 388 A.C. extendió su dominio por toda Grecia. En primer lugar ocupo las colonias atenienses e intervino en los conflictos de ciudades.
En 351 A.C. Demóstenes alerto a Atenas del advenimiento de Alejando, tras una firma de paz momentánea en 346 A.C., Demóstenes decide movilizar las fuerzas atenienses contra el rey de Macedonia que controlaba Tracia y Tesalia, quien tuvo que enfrentarse a los escitas en el norte y a una coalición entre Atenas y Tebas al invadir Beocia y tras la batalla de Queronea con la ayuda de su hijo Alejandro, derroto a ambas ciudades para el 338 A.C.

Las causas que conllevaron a la derrota de las ciudades fueron principalmente las divisiones internas entre ricos y pobres, el incremento de impuestos y la falta de ingresos, acompañado con la sustitución de los hoplitas por mercenarios, apoyaron aun más a la victoria de Filipo.
Después de su victoria Filipo convoco a los representantes de las ciudades en Corintio y formo una confederación helénica., con la cual Filipo unió a los griegos bajo su mando con el objetivo de atacar Persia y consolidar su poder y la influencia del panhelenismo, pero en 336 A.C. es asesinado por unos de sus oficiales y su gran sueño quedara en manos de su hijo Alejandro Magno.

A los 13 años, Alejandro consiguió dominar al caballo que nadie había logrado domar, Bucéfalo, al darse cuenta que este le tenía miedo a su propia sombra, lo puso frente al sol y consiguió montarlo. A los 20 años cuando su padre murió ya había participado de actividades políticas a los 16 cuando su padre emprendió la guerra contra Bizancio y a los 18 lo había ayudado a vencer en Queronea, además de ser educado por el filosofo Aristóteles, y leído los poemas de Homero, se formo como guerrero y político, mientras su madre le decía que era descendiente de los dioses.
A la muerte de Filipo, las ciudades griegas se sublevaron por lo que Alejandro decidió arrasar Tebas para el 335 A.C. pero respetando la casa del poeta Píndaro y los templos de los dioses, gracias a la educación que había recibido. Posteriormente emprendió campañas contra los pueblos que lo amenazaban en el norte del país y decidió reemprender la aventura de su padre contra los persas de Darío III, el gran rey.

En 334 A.C. Alejandro organizo todo para la expedición, se rodeo de generales fieles como Antígono, Tolomeo y Seleuco, partiendo a la ayuda del ejército de su padre en Asia, mientras dejaba Macedonia y Grecia en manos de unos de sus lugartenientes Antípatro, que detuvo una revuelta de Esparta en el 331 A.C.

Alejandro no tardó en cruzar el Helesponto con 35.000 hombres de casi todas las ciudades griegas, a sabiendas que había sido el mismo camino que tomo Jerjes para conquistar Grecia, decidió arrojar una copa de oro al mar en señal de desafío hacia los persas. Alejandro se reunió con Parmenión y decidió marchar contra los persas de Darío, que contaba con un ejército de 120.000 soldados y 35.000 mercenarios, frente a los 35.000 de Alejandro.

A pesar de que el ejército de Alejandro se veía más débil, Darío y sus generales estaban en discusión sobre cuestiones tácticas, por lo que Alejandro aplastó las columnas persas de Memnón, se adentró en Asia Menor, se apodero de Sardes y de las ciudades griegas de la costa y finalmente de toda Anatolia. Tomo Gordíon, puesto comercial entre Jonia y Persia, en donde corto el famoso nudo del carro del rey Gordias, en donde un oráculo decía, que quien consiguiera desatarlo se convertiría en el conquistador de Asia.

Después de cruzar el Taurus y de atravesar las puertas de Cilicia, se enfrentó personalmente a Darío en la llanura de Isos, pero este presintiendo la derrota opto por huir. Alejandro temiendo el desembarco de la flota persa, decidió expandir la conquista por todo el Mediterráneo oriental para asegurar sus costas.

Alejando ocupo Siria, Fenicia y tomo Tiro en el 332 A.C., ciudad que fue arrasada al resistirse ante la invasión. Posteriormente se apodera de Gaza y Jerusalén y marcha hacia Egipto en donde funda la ciudad de Alejandría y es aclamado por el pueblo. En 331 A.C. los macedonios abandonaron Egipto y se dirigieron a Mesopotamia, allí Darío se había replegado en Babilonia y reorganizado su ejército. Allí contaba con su excelente caballería y sus carros con cuchillas, para enfrentarse a la falange de Alejandro.

Alejandro ya había cruzado el Tigris y el Éufrates cuando Darío salió a su encuentro y mientras Parmenión contenía el asalto persa y la falange detenía a los carros con cuchillas, Alejandro en persona dirigió la carga contra la caballería persa y por segunda vez Darío tuvo que huir, dejándole a Alejandro la entrada libre a Babilonia y Susa, que se rindieron sin oponer resistencia, mientras Persépolis resistió por un tiempo, fue finalmente tomada por Alejandro y así como Jerjes había asolado Atenas, Alejandro entrego la ciudad a sus soldados.

Darío fue asesinado por sus generales y Alejandro le dedico unos funerales, proclamándose heredero del imperio de los aqueménidas y en 330 A.C. emprende de nuevo la marcha conquistando Sogdiana y Bactriana, las actuales Uzbekistán y Afganistán, mientras en su camino fundaba varias ciudades bajo el nombre de Alejandría, en todas ellas.

El rey de Asia, franqueó las montañas de Afganistán, de la Cordillera del Himalaya y en 327 A.C. emprendió la conquista de la India, en 326 A.C. llego a orillas del Indo y se enfrento al rey Poros y su ejército de elefantes. Una vez dueño del Panjab, decidió avanzar hasta el Ganges, pero Bucéfalo su caballo favorito, había muerto y sus soldados estaban cansados de la expedición. Después de 8 años de guerra y su ejército cansado, Alejandro tuvo que ceder y mando erigir una columna bajo las inscripciones, de “Aquí se detuvo Alejandro” y regreso a Babilonia. En 323 A.C. recupero sus fuerzas con deseos de iniciar nuevas conquistas, pero cae víctima de la malaria y murió a los 33 años.

Alejandro, el macedonio poco considerado por los griegos, conseguiría lo que ninguno de ellos pudo, forjar un imperio que uniese oriente y occidente, el mismo se caso con una persa llamada Roxana, construyo ciudades a lo largo de su imperio y unió orientales a sus filas de ejército siempre comandada por macedonios, creo puertos, mejoro la moneda y las vías de comunicación y mantuvo las religiones de los países conquistados limitándose a colocar macedonios en los puestos claves. A su muerte el imperio estallo en pedazos y se dividió entre sus generales, su esposa, su madre y su hijo fueron asesinados y el imperio se sumió en luchas internas quedando dividió, pero había nacido una leyenda, la del más grande conquistador del mundo antiguo, Alejandro Magno.

Después de varias décadas de sangrientas luchas el imperio de Alejandro quedo dividido en cuatro dinastías, los antigónidas que obtuvieron Macedonia, y que se enfrentaron a las ciudades griegas y las invasiones celtas, los atálidas, en el reino de Pérgamo, en Asia Menor, los lágidas en Egipto y los seléucidas en Persia, desde Asia Menor hasta Irán.

Como consecuencia de sus conquistas Alejandro fue divinizado, principalmente en el culto hacia Amón en Egipto y Marduk en Persia, mientras que los judíos siguieron fieles a Jehová. La lengua oficial de los reinos paso a ser el griego y la administración se confió a griegos o a orientales helenizados, marcando así el inicio del mundo helenístico en todos los territorios tomados por Alejandro, mientras la cultura griega influía en el mundo, también esta quedo marcada por las tradiciones culturales orientales.

A pesar de esta organización, los soberanos eran ante todo jefes guerreros, por lo cual las luchas continuaron entre las dinastías helenísticas, la caballería y la falange siguieron siendo esenciales, pero se incrementaron el número de mercenarios como arqueros cretenses y jinetes de Tarento. Ante la riqueza de oriente el pueblo griego entro en la pobreza y emigro de occidente, y no era raro encontrar a personas con 2 nombres, uno occidental y otro oriental, mientras las ciudades helenísticas eran gobernadas por terratenientes, asegurando su dominio sobre los más humildes. El teatro era la mayor forma de distracción y los hijos de los ricos se educaban con los filósofos más brillantes de Atenas, mientras los cultos religiosos se transformaban por la mezcla de pueblos prevaleciendo aquellos que llamasen hacia una salvación después de la muerte, conservándose el legado de Grecia a través del mundo helenístico en Oriente y Occidente.
Posteriormente la dinastía seléucida llegaría a su final al dividirse el reino entre las disputas entre los hermanos y hermanas herederos del trono, y cuando estos no se mataban entre sí eran víctimas de las invasiones de los partos o los árabes nabateos. Por otro lado la dinastía lágida, vería a su último rey en Tolomeo VIII, derrumbándose el imperio helenístico egipcio con la derrota sufrida por Cleopatra VII frente a Roma.

En 196 A.C. un general romano llamado Quincio Flaminio declaro la independencia de las ciudades griegas bajo el mandato de Filipo V, rey de Macedonia, pero los griegos ante las pretensiones de Roma, decidieron permanecer aliados con Macedonia, hasta que para 168 A.C. el cónsul Paulo Emilio derrotara a los ejércitos macedonios en Pidna y para el 149 A.C. esta paso a ser provincia romana. Como consecuencia los griegos pagaron cara su alianza con los macedonios, debido a la destrucción sufrida por muchas ciudades y a la gran cantidad de rehenes tomados por los romanos, mientras Corintio era destruida por Roma.

Los romanos se apoderaron de Grecia gracias al apoyo del reino de Pérgamo, un reino helenístico de la dinastía de los atálidas, quienes se aprovecharon de la alianza con los romanos para mantener su ciudad e inclusive el último rey Atalo II, le lego su reino a Roma, convirtiéndose en provincia romana para el 129 A.C.

Hacia el 121 y el 120 A.C. en el reino del Ponto Mitrídates VI asciende al trono tras matar a su hermano y su madre, consigue frenar las ambiciones imperialistas de Roma. Cuando las ciudades griegas de Crimea se encuentran en peligro ante la invasión de los escitas y sármatas, este consigue salvarlas y se hace con Crimea., rica en trigo y en soldados.

Gracias a esto Mitrídates ataca la región del Danubio, preparado para un enfrentamiento con Roma por el control de Asia. Empezó por tomar a Trebisonda, provincia de Roma y posteriormente a sus vecinas Bitinia y Capadocia. En 88 A.C. Mitrídates había reunido 300.000 hombres, 130 carros y 300 navíos, haciéndose proclamar como” el salvador de Asia frente a la dominación romana”.

Mitrídates tomo medidas muy severas ante los romanos, mandando a asesinar a 80.000 de ellos que vivían en Asia, mientras al pueblo les perdono las deudas, liberó a los esclavos, repartió los bienes de los romanos y los eximio de impuestos durante 5 años. Posteriormente se dirigió hacia Europa, uniéndose con los piratas, controlo el mar Egeo y saqueo la isla de Delos haciendo matar a todos los romanos que vivían en ella. Sus tropas avanzaron y tomaron Tracia, Macedonia y Atenas, que se unió al “salvador de los griegos”.

En Roma, cundió el pánico ante una crisis financiera y social, la república ordeno al cónsul Sila detener a Mitrídates, quien para el 86 A.C. asedia Atenas y saqueo a la ciudad masacrando a sus habitantes, acordándose una momentánea paz para el 85 A.C. mientras los romanos castigaban a las ciudades de Asia aliadas al enemigo con onerosos tributos y saqueos, llegando Sila triunfal a Roma con botines de Asia, pero tan solo había conseguido detener a Mitrídates.

Uno de los lugartenientes de Sila, llamado Lúculo con la ayuda de las legiones de Cilicia decidió atacar directamente el reino del Ponto. Al verse acorralado Mitrídates pide ayuda a su yerno, el rey de Armenia, Tigranes el Grande, mientras Lúculo perdía el mando de los ejércitos frente a su adversario Pompeyo, que derroto al rey hacia el 67 o 66 A.C.

Mitrídates se suicida y en el 64 A.C. Pompeyo convierte a Siria en provincia romana y de este modo el imperio forjado por Alejandro y los helenos terminaría bajo el dominio romano, y a partir de este momento la historia de la civilización griega y romana estaría ligada, perdurando en ella el legado griego y de los helenos en el imperio grecorromano.
Continuara...

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